jueves, 2 de septiembre de 2010

WILKIE COLLINS

En estos días de descanso qué mejor que dejarnos acompañar y seducir por un buen libro. Después de mi primera racha "Wilkie Collins" en la que devoré sus grandes obras: Armadale, La piedra lunar, La dama de blanco, La túnica negra, Las hojas caídas, Basil..., he vuelto a él para seguir con otras de sus obras. Éstas no son tan largas (aún así llegan algunas a las 400 páginas y la última de esta lista a las 700), quizás no tan conocidas, pero igualmente fascinantes. Nunca defraudan.
Enumeraré algunas de las últimas que he leído en estos meses:
  • Marido y mujer  (Barcelona, Alba, 2009), en el que otra vez nuestro autor pone en solfa las leyes de su tiempo, concretamente la ley de matrimonio en Escocia, para dejar en evidencia sus injustas y terribles consecuencias. Muy vigente todavía la ridiculización del carácter frívolo y egoísta de ciertos jóvenes deportistas.
  • La reina de corazones (Bacelona, Belacqua, 2008), una encantadora versión de Las mil y una noches en la que tres maduros hermanos entretienen con sus relatos, algunos magistrales, a una "reina de corazones" para que su enamorado secreto llegue a tiempo de declararle su amor.
  • La reina del mal (Barcelona, Montesinos, 2001), en el que una niña abandonada rompe la estabilidad de una familia en una sociedad de rígidas convenciones. Y ésta se lo hará pagar. Pero ¿es posible volver atrás? Siempre hay almas bondadosas que nos ayudan a recapacitar.
  • El secreto de Sarah (Barcelona, Montesinos, 2003) donde la criada de una moribunda, de fidelidad perruna pero de triste destino, oculta un secreto de su señora que le afecta irremisiblemente también a ella. Aunque queramos escapar, los designios ocultos nos perseguirán para siempre.
  • La pobre señorita Finch (Barcelona, Alba, 2009), en el que en un juego insuperable, muy colliniano, de parejas idénticas por fuera pero opuestas en su interior, compiten por el amor de una joven ciega pero de acusada sensibilidad. Un nuevo alarde de perspectivas narrativas y un regalo de personaje, la institutriz francesa.
  • La ley y la dama (Madrid, Rialp, 2007), en el que una joven recién casada conoce el oculto y terrible pasado de su marido, pero, a pesar de todos, incluso de éste mismo, lucha por su honor y su cariño. Insuperable el retrato del mediohombre Miserrimus Dexter. El nombre lo dice todo.
  • Sin nombre (Barcelona, Alba, 2001). Dos hermanas muy distintas se enfrentan, cada una a su modo, a un cruel destino al que unas leyes injustas y unos parientes desaprensivos las han abocado. Un nuevo e insuperable ejemplo de análisis de la sociedad y las leyes de su tiempo, al que ya nos tiene el autor acostumbrado. Y nuevos personajes femeninos, como Magdalen, que juegan con la doble personalidad y su astucia como únicas armas.
Hay tantas donde elegir. Y siempre sorprenden por su caracterización de personajes, entre los que prefiere los que se enfrentan a un destino trágico bien por alguna discapacidad física, bien por su marginalidad legal. Asombra su técnica narrativa, multiperspectivista, con un juego de varios narradores intercalados, con un collage de cartas, relaciones judiciales, narradores en 1ª y 3ª persona. Pero sobre todo engancha por sus finales, su magistral manera de llegar a desvelar los secretos que, a buen seguro, supera nuestras expectativas.
Disfrutad de su compañía también durante el inminente curso. Son una apuesta segura.

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